En este artículo se buscará analizar algunas de las características atribuidas al denominado Teatro para niños, como posible género teatral, para comprender sus modos de circulación, producción y recepción. Así, se propondrá que la adjetivación –“para niños”- inserta cierto peligro ya que asigna al acontecimiento escénico una serie de preconceptos que lo condicionan a priori. Por tanto, el hecho de erigirse como un acontecimiento cultural que se destina a las infancias determinaría justamente al producto por la lectura que los sujetos productores –adultos- hacen de los sujetos receptores –niños/as-. Existirán, entonces, temas, estrategias y estilos que resultan lisos, llanos, no incómodos que podrían convertir la palabra informativa –infantil- en una categoría estética. Siendo así, el acontecimiento escénico infantil se fabricaría desde estrategias que terminarían por afectar la teatralidad poética, viéndose condicionada por pensarse plenamente desde una lectura ajena de sus receptores/as.