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Este trabajo de tesis aborda la enseñanza de la ortografía en la formación inicial de docentes. La enseñanza de la ortografía es un tema controversial que tiene defensores y detractores y, además, tiene una trascendencia social que no tienen otros aspectos del lenguaje escrito. Se trata de un tema que es discutido por docentes, alumnos, padres y la comunidad en general. Le otorgan tal importancia que hasta es noticia de diarios en nuestro país y en el mundo . Si bien a lo largo de la historia de la lengua española y todavía en la actualidad se discute si se debe simplificar o reformar, lo que no se puede dejar de tener en cuenta es que cumple una función muy importante en la normalización y perdurabilidad de nuestra lengua. Camps (1990) explica que la ortografía constituye una norma que tiene como fin una transcripción gráfica única para garantizar un modelo convencional y socialmente aceptado de representación de la lengua. Esto se debe a que el español es un diasistema -con diferencias sociales y geográficas que presentan los dialectos- y es la ortografía la que permite la comunicación eficaz y sin ambigüedades en los diferentes textos escritos por personas de diferentes lugares de habla hispana. Autores como Antonio de Nebrija y Andrés Bello han resaltado que la ortografía es el pilar sobre el que se asienta la unidad de la lengua española (véanse Esteve Serrano, 1982; Martínez de Sousa, 1995; Martínez Alcalde, 1998; Narvaja de Arnoux, 2006, 2008). En relación con la enseñanza de la ortografía, he encontrado trabajos que consideran que el español tiene una ortografía transparente y que combinando la lectura –que influye en la memoria visual- y la pronunciación es suficiente para no cometer faltas ortográficas (véanse Signorini & Piacente, 2001; Diuk & Borzone, 2006; Marín, Cuadro y Pagán, 2007; Ferroni, Sánchez Abchi, Diuk & Borzone, 2008; Sánchez Abchi, Diuk, Borzone & Ferroni, 2009; Ferroni & Diuk, 2014). En cambio, existen otras propuestas (Camps et al., 1990; Díaz Argúero, 2004) que abordan la enseñanza de la ortografía y que muestran que la construcción del conocimiento ortográfico constituye un problema cognitivo para el alumno, dado que la escritura es un sistema de representación que vincula unidades sonoras con marcas gráficas de una manera particular. La escritura no constituye la transcripción de la lengua oral, ya que no hay una correspondencia biunívoca entre las letras y los fonemas –por ejemplo, la mayúscula y el punto existen solo en el lenguaje escrito-. El último diseño curricular implementado en la provincia de Buenos Aires (2008) ha propuesto la enseñanza de las prácticas del lenguaje a lo largo de los diferentes niveles educativos –inicial, primario, secundario y superior- y la enseñanza de la ortografía a partir de promover la reflexión metalingüística con los alumnos. Diferentes autores han planteado que las creencias de los docentes tienen incidencia en sus comportamientos en el aula y en sus prácticas pedagógicas y que los cambios curriculares tienden al fracaso si no se consideran las creencias de los profesores (véanse Nespor, 1987; Pajares, 1992; Watson, 2014). En relación con la enseñanza de los contenidos gramaticales, Watson (2014) señala que el estudio sobre las creencias de los profesores tiene una gran relevancia porque son especialmente importantes para enfrentar situaciones en las que los docentes tienen que considerar demandas y prioridades que presentan diferentes enfoques. Borg explica que los profesores basan sus decisiones para enseñar en sus propias teorías sobre la práctica (2008: 458). En definitiva, estos estudios destacan que se deben explorar las concepciones de los profesores y describir sus prácticas para desarrollar un modelo de intervención en el aula, donde la enseñanza gramatical incida en los usos escritos. En función de que no he encontrado estudios acerca de las creencias de los futuros docentes sobre la enseñanza de la ortografía, he tomado la noción de actividad metalingüística, desarrollada por el grupo GREAL y aplicada en la enseñanza de la gramática y la escritura para diseñar una intervención en el aula de formación del profesorado. De acuerdo con Camps, las situaciones interactivas que se realizan en el aula entre alumnos y el docente a lo largo del desarrollo de la secuencia didáctica para aprender gramática, “facilitan que el profesor intervenga en el proceso de construcción del conocimiento y que pueda ofrecer las ayudas necesarias” (2003: 4). Las secuencias didácticas que esta autora propone tienen un único objetivo, que le da sentido a la actividad y permite que los alumnos tengan una finalidad clara de las actividades que realizarán. Este objetivo se realiza a partir del desarrollo de dos tipos de actividades: a) la actividad de aprendizaje, que surge de la evaluación diagnóstica de los contenidos gramaticales que hace falta trabajar y aprender; y b) la actividad de búsqueda, que se relaciona con buscar información y descubrir algún aspecto del funcionamiento de la lengua y que se plasma en la producción de un texto informativo y en la exposición oral del trabajo realizado. Estas actividades permiten que los alumnos puedan hablar, escuchar, leer y escribir para construir conocimientos (Fontich, 2012). En un estudio de caso, en el que participaron veintinueve alumnos que cursaban el tercer año del Profesorado en Educación Primaria, en el I.S.F.D. y T. Nº 25 de Carmen de Patagones, a través de la implementación de una secuencia didáctica me propuse investigar cuáles eran las creencias que tenían sobre la ortografía y su enseñanza y aprendizaje y qué implicaciones tiene en las ideas de estos futuros docentes la participación en una actividad metalingüística donde se reflexiona sobre la lengua y el conocimiento ortográfico. Los datos que he seleccionado para analizar son un cuestionario inicial sobre el conocimiento que los alumnos tenían inicialmente de la ortografía, las anotaciones que he realizado en las clases cuando discutían, la presentación de las propuestas que los alumnos construyeron inicialmente para enseñar ortografía, los informes que produjeron y las entrevistas semiestructuradas a tres de los alumnos participantes. Los resultados señalan que se promueve el aprendizaje de la ortografía a partir de la reflexión metalingüística y que los alumnos logran revisar y cuestionarse que no se puede enseñar ortografía a partir de la memorización de reglas o de la combinación de lo visual y auditivo, sino que es necesario construir el conocimiento ortográfico a través de relacionar el uso de la lengua escrita con la semántica, con la morfología, con la etimología y con aspectos que son específicos de la escritura. Además, reflexionamos acerca de que el “error” forma parte de la construcción de un aprendizaje y que no se puede reducir la evaluación de la escritura casi exclusivamente a la práctica ortográfica. Con sus producciones tuvieron la oportunidad de vivenciar que aprender a escribir es una actividad compleja por la cantidad de elementos lingüístico-discursivos, textuales, retóricos que se ponen en juego y que, si bien observaron que la ortografía suele ser un elemento de discriminación y es importante en la lengua escrita, no es lo único que se debe enseñar en el aprendizaje de la escritura. Un trabajo de investigación posterior podría ser la profundización de estos conocimientos a través de estudiar qué sucede cuando los alumnos de formación docente pueden implementar en las aulas de primaria la enseñanza de la ortografía a partir de promover la reflexión metalingüística sobre el lenguaje escrito.