Los enseñantes de ciencias naturales desarrollan un compromiso epistémico con su disciplina, promueven el rigor del científico en un campo que es de inducción cultural. Por ello nos preguntamos, ¿cómo fomentar un estilo de pensar y de actuar científico en los niños de primaria, sin el rigor de científicos profesionales? Postulamos que las experiencias, más que el uso del método promueve el acercamiento a la ciencia en los niños, evidenciando sus logros a través del dibujo. Por ello el objetivo de este texto fue documentar cómo se promovió una estrategia que permitió recuperar de las expresiones gráficas de los niños sus representaciones sobre los seres vivos. El trabajo involucró dos grupos de preescolar y dos de tercer grado de primaria de la Ciudad de México. Se procedió transversalmente, como detonante de las actividades se usó el terrario. Para el análisis de los dibujos empleamos las categorías ontológicas: materia, procesos, y estados mentales y la imbricación expresión – representación para reconocer: estética, conocimiento conceptual, cultura, influencia del medio, creatividad, significado. Se concluyó que los niños independientemente de su habilidad para el dibujo, plasman aspectos de la realidad con significado propio, además de construir significados compartidos.