Hombre de tres patrias (España-Cuba-México), como lo definen sus amigos, Federico Álvarez Arregui (San Sebastián, 1927) narra, en el primer libro de sus memorias (Una vida. Infancia y juventud) los años de la guerra y los inicios de la posguerra en una ciudad donde lo familiar y conocido adquiere de pronto el rostro del peligro, de la muerte, la delación y la sospecha. El tiempo empieza a medirse de otra manera para ese niño que espera el reencuentro con sus padres, con sus compañeros de ideas, con los modelos de vida que han guiado sus conductas. Un reencuentro que, cuando se produzca, va a tomar un nuevo nombre y un nuevo camino: el exilio.