Ya es sabido: por efecto de la Guerra Civil se produce una paralización en la industria editorial española, lo que provocó la pérdida creciente de mercados externos; esta circunstancia representó una oportunidad que las editoriales argentinas y mexicanas supieron aprovechar a lo largo de más de treinta años. Con diferencia de unos pocos meses, entre 1937 y 1939 se fundan en nuestro país Espasa-Calpe Argentina, Losada, Sudamericana y Emecé, sellos que marcarán el ritmo de lo publicable en el campo de la literatura hasta bien entrados los sesenta. Sobre esa coyuntura y sus efectos se ha escrito mucho; menos, sin embargo, se conocen las relaciones editoriales (que implican la doble faz de culturales y comerciales) entre España y Argentina antes de la Guerra Civil. Trabajos más o menos recientes, como los de Ana Martínez Rus (2001), Fernando Larraz (2007, 2010) y Fabio Esposito (2010), han ido cubriendo con detalle ese período poco transitado. Sintetizaré a continuación esos valiosos aportes para intentar comprender en qué condiciones de mercado surge la editorial Losada.