En el año 1995 emergió en la esfera pública argentina una nueva organización llamada H.I.J.O.S. (Hijos por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio). La agrupación, que estaba compuesta, centralmente, por hijos/as de las víctimas del terrorismo de Estado, se incorporó rápidamente al campo de los derechos humanos que se había constituido como respuesta frente al terror estatal a mediados de la década del setenta. En ese campo, ocupaban un rol protagónico, aunque no excluyente, los organismos compuestos por familiares de los desaparecidos: en esa línea debe leerse la aparición de H.I.J.O.S.