Esta ponencia esta inclusa en una investigación más amplia cuyo objectivo es hacer una análisis desde a producción de intelectuales que llegarán en Brasil como exilados entre los dos conflictos mundiales. Brasil es frecuentemente visto como un país de inmigrantes o viajeros, y no a través de la mirada del exilado. Como si el país no había recibido un importante grupo de exilados y que muchos de ellos no han dejado importantes relatos de su condición de desplazamento.
El exilio impregna la literatura como una metáfora, incluso siendo considerada como el arquetipo de la situación del escritor o artista. Hace importante recordar aquí Adorno cuando dice que el sentimiento de extrañeza, de no sentirse en casa estando en casa, es la única postura moral aceptable.
Si analizamos la literatura y la producción intelectual de los exiliados en Brasil a lo largo del siglo XX, encontramos ejemplos de todas estas manifestaciones de la condición impuesta en la eliminación del exilio. Esta comunicación se centra en la experiencia del exilio dos intelectuales importantes, a saber: Otto Maria Carpeaux y Flusser Villem. El primer, austriaco y católico, fue un importante crítico literario en Brasil entre los anos de 1945-1968, el segundo, checo e judío, tiene una obra filosófica reconocida internacionalmente.