Siguiendo los derroteros de historiografías como la alemana, la italiana o la española y al compás de las nuevos énfasis del debate público acerca de las “complicidades civiles” de la última dictadura militar argentina, en los últimos años los cientistas sociales han comenzado a preocuparse de manera más sistemática por el estudio de los “apoyos sociales, las actitudes ciudadanas y la oposición popular” (Hernández Burgos, 2013: 17) durante el “Proceso de Reorganización Nacional”, pretendiendo interrogar de forma compleja, situada e histórica las relaciones entre régimen castrense y sociedad civil y en particular las percepciones y comportamientos de los “argentinos comunes” o de los “ciudadanos corrientes” 1. Se intenta de este modo de ir más allá de las lecturas “heroicas” (Lvovich, 2013: 124) que enfatizan los escenarios de oposición activa y/o resistencia antidictatorial abierta, y de las perspectivas trágicas que reponen una sociedad victimizada en su conjunto, y en las que los efectos represivos anulan o simplifican el análisis de los significados y alcances del consenso social.