En trabajos anteriores hemos intentado caracterizar las diversas modalidades en las que se manifestó la modernidad musical argentina surgida en los años sesenta a partir de motivaciones diversas pero cuyo origen resumimos simbólicamente en el desarrollo del Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales (CLAEM) del Instituto Di Tella. El CLAEM, como es sabido, posibilitó la puesta al día con las técnicas y estéticas de avanzada vigentes en aquel momento en los países centrales de Europa y Estados Unidos. Sus alcances e influencias globales son difíciles de evaluar: actuó como un centro diseminador de los modelos hegemónicos de su tiempo a la vez que catalizó la formación de una modernidad musical que, de distintas maneras, se apropió de ese legado para desarrollar poéticas diferenciadas. La obra post CLAEM de Luis Arias (1940) es un ejemplo relevante de esa modernidad crítica. En lo que sigue intentaremos describirla estética y analíticamente.