La compacta filmografía de Almodóvar ha provocado el interés de diversos ángulos, como su revelación del Kitsch hispánico o su sátira al catolicismo español. No menos atención despertaron los pases mágicos almodovarianos para hacer resaltar un supuesto eterno femenino siempre tomado con humorismo. También es un lugar común hablar de la gracia almodovariana para presentar al marica o al travesti como individuos aceptables e interesantes dentro de la economía del relato. Así, los tipos humanos presentados en sus películas ya han pasado a ser proverbiales, al mostrar en su detección social una sagacidad gogoliana en esa descripción como cuando nos acordamos de la “concejala antropófaga” o de la “transexual que se hace cargo de sus cirugías”.