Esta tesis analiza la memoria oficial de Medellín (Colombia) como una ciudad que pasó de ser la más peligrosa del mundo en los años noventa a convertirse en un ejemplo de transformación e innovación en la última década, a partir del estudio del desfile de silleteros.
Como el evento central de su festividad folclórica más representativa, este caso concreto permite no solo conocer el relato oficialista con el que hoy se mercadea dicha urbe en el mundo, sino también entender los usos políticos y económicos que los gobiernos de turno le han dado para intentar ocultar otras versiones del pasado reciente.
Dichos usos se han valido de elementos tan arraigados como la identidad, que en este caso se convierte en un elemento fundamental para formar esa narración del pasado, partiendo del presente. Así que el silletero se ha convertido en la figura actual más representativa de la cultura paisa, con lo cual se pretende regresar a imágenes y arquetipos del pasado antioqueño, que se lograron instalar en la región con características positivas y excepcionales pertenecientes a una “raza superior” que todavía sirve para justificar discursos, como el de la superación de la violencia en la ciudad.
Así que tras un rastreo, tanto por la formación de esa identidad como de su permanencia en la actualidad, así como por la fundación del desfile de silleteros como tradición, se halla la conexión entre ambos hechos como fundamental para la imagen que los gobiernos y los medios de comunicación han construido de la Medellín de hoy.
Pero a través de ese mismo recorrido también es inevitable que surjan esas otras memorias e imágenes paisas, que nos retornan a la ciudad de los capos del narcotráfico y las víctimas de su guerra, a la ciudad en la que sus familiares reclaman todavía verdad y justicia, a la ciudad en la que miles de extranjeros siguen buscando droga y mujeres como en las épocas de Pablo Escobar, a la ciudad en la que la periferia sigue estando amenazada por el crimen, la desigualdad y la pobreza.
Por eso, este es un esfuerzo por hallar un punto medio entre la excitación de la “nueva Medellín” y su metamorfosis, y la negatividad del estigma que le dejó el narcotráfico. Los silleteros son los guías de este camino, a través de los cuales es posible comprender más allá de ellos mismos y la cultura que el imaginario les ha llevado a representar.