Según Habermas (1986a, 1990) y Giddens (1984), ambos pensadores sintéticos, el lenguaje y el discurso se encuentran en el fondo del accionar ideológico. En el caso del primero, y con una fuerte impronta marxista, la ideología es tematizada en términos de comunicación sistemáticamente distorsionada, mientras para el segundo, el fenómeno ideológico encuentra suelo fértil en los órdenes simbólicos y discursivos (Ciardiello, 2014a, 2014b). Entonces, al estar atravesados por diversas cosmovisiones, el lenguaje y la comunicación aportan al mantenimiento o alteración del orden social contemporáneo, siendo ellos dos de sus potentes elementos constitutivos y que le confieren dinamismo.
(Párrafo extraído a modo de resumen)