La explotación agraria familiar constituye mucho más que un simple sistema de producción basado en la estructura de la familia que desarrolla su actividad económica en vinculación con la producción agropecuaria. Ésta se presenta como un instrumento sumamente valioso al momento de combatir el hambre y la pobreza y hacer efectivos principios imprescindibles a fin de garantizar el desarrollo sustentable de los pueblos. A partir del año 2014 la FAO revaloriza la función y el rol de la Agricultura Familiar, y, es en ese contexto que la República Argentina sanciona la Ley Nacional de reparación histórica de la Agricultura Familiar. Varias provincias argentinas cuentan con normativa provincial específica.