En la década de 1990, La Revista Utilísima propone la construcción de artesanías y manualidades a través de secuencias explicativas –series que, en la revista, reciben la denominación de “paso a paso”-, junto a fotografías que presentan los resultados obtenidos y a textos que asignan a dichas producciones una función poética. Como rasgo general, este dispositivo retórico tiende a enfatizar que tales objetos se inscriben en el ámbito de la cotidianeidad. Se trata de objetos que colaboran en la construcción de aquel espacio en el que se llevan a cabo las prácticas de todos los días. Sin embargo, presentan también un excedente, suscitan un sentimiento de placer capaz de intensificar la experiencia en ese ámbito de proximidades y repeticiones que constituye lo cotidiano. Si bien el destino que se prevé para esos objetos es el espacio y el tiempo de todos los días –construidos por continuidades, donde no se delimitan ni se discriminan regiones otras de experiencia- , lo cotidiano es también para estos objetos un fondo de contraste, un plano frente al cual se diferencian, frente al que operan un desplazamiento. En este sentido, la revista está forzada a producir un verosímil de la cotidianeidad de esos objetos, anunciando que pueden ser realizados, colocados y activados dentro de los confines de lo cotidiano.