Aspectos truculentos, escabrosos y hasta siniestros, como se estudia desde un punto de vista psicoanalítico en Gutiérrez 1992, los ha habido siempre en las grandes obras de la literatura infantil. Sin embargo, creemos que la construcción de situaciones, acontecimientos, y reacciones inquietantes en los textos infantiles parece acompañar, especialmente en nuestro tiempo, los parámetros generales que marcan el tono de la literaturidad actual: en particular, el develamiento de la ilusión lógico-representacionalista, el cuestionamiento frente a la transparencia de los signos o el desmontaje de los artificios discursivos en una reflexión metalingüística sobre sus condiciones de producción, circulación y recepción. Para mostrarlo, evaluaremos en las páginas que siguen en qué medida determinados procedimientos y temáticas compartidas por la literatura infantil y la adulta que favorecen la emergencia de lo fantástico en un texto literario operan análogamente en uno y otro ámbito.