El presente trabajo aborda algunos rasgos de la obra poética y narrativa de María Cristina Ramos, tratando de indagar en aquellos elementos recurrentes que apuntan a la configuración de un sentido social de la literatura, a la posibilidad de construir redes de significados que permitan cobijar la infancia, comprender la vulnerabilidad de los niños para poder sostener la asimetría de la relación con ellos y ofrecerles estrategias para poder decir y decirse, en palabras de Zelmanovich. La obra de Ramos pone en escena esta asimetría y crea un universo de lo pequeño, de lo mínimo, de lo leve, que al mismo tiempo es fuertemente sostenedor y que alberga la capacidad de transformar el mundo o de inventar nuevos sueños, cuando ya no quedan.