Cuando el alto grado de trasnacionalización de la industria editorial define campos de lectura, modela lectores y segmenta lectorados en pos de intereses comerciales, resulta oportuno recuperar iniciativas diversas en las que autores, libros y editoriales contribuyeron a tender lazos culturales entre las distintas regiones del continente, además de conformar/ampliar un público lector capaz de interpelar la compleja realidad latinoamericana. El presente trabajo se propone revisitar la iniciativa de promoción editorial e intercambio interamericano desarrollado por Manuel Scorza al frente de la Organización Continental de Festivales del Libro a finales de los años 50.