Algunas de las habilidades que resultan críticas para la inclusión de quienes aspiran a formar parte de la comunidad universitaria son habilidades ligadas al estudio y al aprendizaje; la comprensión de textos, la expresión escrita, la toma de apuntes, la organización y aprovechamiento del tiempo de estudio y la preparación de exámenes, entre otras (Ezcurra, 2011). Estas habilidades formarían parte de lo que Ezcurra (2011) denomina “enseñanza omitida” ya que no suelen ser objeto explícito de enseñanza y aprendizaje en el marco de las asignaturas de los primeros años. De esta forma, quienes no tuvieron la oportunidad de desarrollarlas en la escuela media, sufren una importante desventaja en su punto de partida y deberán aprenderlas solos, por ensayo y error a fin de sortear con éxito los desafíos académicos propios del primer año.