La lectura que Paul Celan realizó de la obra de Friedrich Hölderlin se evidencia no sólo en los poemas que contienen una referencia directa, sino también en los subrayados y notas que la crítica ha hallado en su biblioteca. Sin inscribir una similitud en la línea de las “influencias” sino más bien pensando en un singular modo de “poetizar”, proponemos detenernos en aquellas imágenes que figuran un espacio en el que la “palabra” se rompe, los “sentidos” se trastocan y cielo y tierra ya no pueden distinguirse, en las que “el amable azul” hölderliniano irá “agrisándose” o apagándose hasta ennegrecerse.