En este artículo se estudia la transformación del discurso de Rubén Darío como corresponsal para el periódico hispoamericano de principios del siglo XX. En relación con su rol de lector respecto de las nuevas redes de interacción social definidas por la emergente industria cultural, especialmente advertido en el volumen Parisiana (1907), consideramos la necesidad de efectuar –ampliando el enfoque de la crítica especializada que ha analizado la producción del escritor en el contexto europeo– un análisis renovado de los múltiples formatos textuales que Darío paulatinamente hace ingresar en sus crónicas y luego reelabora como parte de una escena de lectura.