En la Modernidad el tiempo era sentido como denso y pesado, de ahí la necesidad de tornar leve el instante. En la posmodernidad el instante se vuelve por antonomasia la forma temporal en estos nuevos escenarios, reales y evanescentes. En consonancia con lo antes dicho, hemos de señalar que uno de los parámetros espaciales que caracterizan a esta nueva cultura está constituido por un no lugar de naturaleza distinta a los ya conocidos: Internet. Esta red de redes constituye una zona donde las articulaciones espacio-temporales se tornan complejas pues el ciberespacio nos brinda muestras infinitas de hiperrealidad inmediata, con tan solo hacer un clic.