Los estudiantes del nivel superior tienen el desafío de saber reconstruir el conocimiento a través de la participación en actividades de lectura, escritura y pensamiento propios de la cultura académica en la que ingresan. Las prácticas de lectura, análisis y producción de textos, íntimamente ligadas entre sí, e indispensables para aprender y dar cuenta de lo aprendido, les permitirán pertenecer al ámbito académico. Casi todas las actividades del nivel superior implican un acto de escritura y los trabajos escritos son determinantes a la hora de la aprobación o certificación de un examen (Ceballos Gómez, 2014).
El concepto de alfabetización académica señala el conjunto de nociones y estrategias necesarias para participar en la cultura discursiva de las disciplinas así como en las actividades de producción y de análisis de textos requeridas para aprender en la Universidad, apunta a las prácticas de lenguaje y pensamiento propias del ámbito académico superior y designa también el proceso por el cual se llega a pertenecer a una comunidad científica y/o profesional, precisamente en virtud de haberse apropiado de sus formas de razonamiento instituidas a través de ciertas convenciones del discurso (Carlino, 2005).