Los primeros molares permanentes deben ser considerados como elementos de suma importancia en la cavidad bucal. Desde los 6 años que estos erupcionan, hasta los 12 años, constituyen la base de la estructura bucal, juega un papel importante y principal de la masticación, ya que todas las demás piezas dentarias entran en una fase de transición o recambio en el que bajan su utilidad como piezas de masticación, recluyendo toda esta función sobre los primeros molares permanentes. Su pérdida a edad temprana puede ocasionar alteraciones en el desarrollo y función del sistema estomatognático, incluso la disminución de hasta el 50% en la eficacia de la masticación ya que hay un desequilibrio de la función masticatoria. Este es un diente muy susceptible a caries después de su erupción alrededor de los 6años, ya sea por su anatomía, o porque ha estado expuesto al ambiente ácido bucal antes que otros dientes permanentes. Esta susceptibilidad se agrava dado que en la etapa de erupción los niños no tienen buenos hábitos de higiene.