Si bien es posible decir que desde aproximadamente 2005, y gracias a la fijación de su nombre en el ya canónico A companion to Digital Humanities (Blackwell Publishing), las Humanidades Digitales se consolidaron como un campo académico, su recepción ha sido algo diferente alrededor del mundo y, a día de hoy, no todos los países las han absorbido en su currículo universitario o actividades de investigación.Más allá de la oferta en Másters, Doctorados o Escuelas de Verano, y del surgimiento de espacios propios como los Labs, en Europa, infraestructuras como DARIAH, proyectos como CENDARI y hasta la misma Agenda de la Comunidad Económica Europea, buscan homogeneizarlas como discurso científico y en Estados Unidos, la National Endowment for the Humanities hace tiempo dedica a ellas una sección especial para su financiamento y promueve el cruce entre las STEM y las Humanidades. Como es de esperar, el panorama es completamente diferente para regiones caracterizadas por una mayor desigualdad en el acceso a bienes tangibles e intangibles y a la tecnología, como América Latina o África.Aunque dentro del ámbito de la investigación en Humanidades Digitales hoy son temas centrales el modo en el que se está definiendo el campo académico en las regiones más desarrolladas o el (no) monopolio del inglés como su lengua de expresión, poco se ha reflexionado acerca de cómo el establecimiento de las Academias y la institucionalización de las disciplinas universitarias y sus Departamentos marcan hoy la condición de posibilidad para su desarrollo científico. Tomando como referencia a la República Argentina, este trabajo cruzará variables sociales, culturales, económicas e históricas para trazar las posibilidades y limitaciones de las Humanidades Digitales como nuevo campo académico y discurso científico humanista en Latinoamérica.