En trabajos anteriores (Abadíe y Cuevas, 2014), hemos planteado, que en la Argentina del posneoliberalismo (2003-2015) el campo de la salud presentaba tensiones, conflictos y condicionamientos que planteaban un escenario de confrontación entre dos modelos posibles: el de concebir a la salud como un derecho o una mercancía.
En estos trabajos hemos tomado como ejes de análisis diversos componentes que conforman ese campo de conflicto expresado en el sector salud: la fuerte presencia de capital económico, la fragmentación y segmentación al interior del campo, el papel del complejo médico industrial, la concepción de gestión en juego, las prácticas de los trabajadores y sus márgenes de maniobra para generar contrahegemonía, la convivencia de políticas universales en otros campos de la política social en contraste con lógicas focalizadas y de gestión por resultados en el campo de la salud. Esa caracterización reconocía la presencia creciente de un Estado activo en la garantía de derechos, que disputó poder al mercado y logró ampliar su autonomía relativa comenzando por un rol intervencionista en la economía que apuntó a la consolidación de un mercado interno y consecuente fortalecimiento de la industria nacional. Durante el período 2003-2015 se consagraron y restituyeron derechos laborales, soberanía energética, fondos previsionales a cargo del Estado, política de Derechos Humanos y protección social, entre otras. En el campo de la salud, se plasmaron regulaciones jurídicas progresistas en respuesta a necesidades colectivas e históricas.
A la luz de los cambios de direccionalidad política tanto a nivel regional como nacional nos planteamos cuáles son las nuevas condiciones que se plantean en materia de políticas públicas.