Aprehender el significado social del trabajo profesional supone insertarlo en el conjunto de las condiciones y relaciones sociales que le atribuyen un sentido histórico y en el cual se torna necesario y posible (Iamamoto, 1995). Concebimos al Trabajo Social no como un campo profesional autónomo, sino relacionalmente situado; de allí que el proceso de identificación y análisis de los actores sociales e institucionales de las políticas sociales lo realizamos a partir de considerarnos como parte de un entramado social, cultural y económico de un determinado territorio; en este caso el Paraje de La Calera, Dpto. El Alto, Catamarca. De esta manera la intervención profesional se torna una categoría compleja en el tratamiento de las secuelas de la cuestión social que atraviesan la vida cotidiana de niños, niñas y adolescentes en el medio rural; por lo tanto, su comprensión implica desentrañar la matriz de relaciones sociales históricas en las que se inserta y sobre las que se actúa.