Las últimas décadas se destacan por las aceleradas modificaciones del mercado de trabajo, de la mano de la revolución tecnológica y de la globalización, se desarrollaron nuevas concepciones del empleo , en las formas de contratación y nuevas condiciones de empleo, la robótica avanza reemplazando la mano de obra, a la vez que se sostienen las viejas formas de explotación laboral. La concentración de riqueza en grupos multinacionales globalizados, permite que la toma de decisiones económicas globales que afectan a todxs, queden en manos de escasas personas. Son unas pocas empresas multinacionales que operan o intentan operar por fuera del control de los estados. En ese marco, los estados nacionales democráticos, que sostienen el paradigma de los DDHH y la inclusión ciudadana, se enfrentan a un nuevo desafío, LA VIOLENCIA laboral, en sus distintas manifestaciones, acoso, hostigamiento, psicoterrrorismo laboral, mobbing y otras varias denominaciones, que describen la de por si asimétrica relación de poder en el ámbito laboral, pero que, planteados en ciertas estructuras organizacionales perversas, resultan abusivas, maltratadoras y violentas.