El término tecnología forma parte de nuestro lenguaje cotidiano, y es usual, en nuestra sociedad contemporánea, encontrarlo como sinónimo de bienestar, buenas prácticas de gestión, entretenimiento y asociado de manera casi excepcional a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).
Sin embargo no deja de abarcar también otras definiciones, usos, situaciones y eventos que quedan bajo su acepción. Si nos preguntamos por ejemplo por Hiroshima (por mencionar solo un ejemplo paradigmático de cualquier forma de artefacto diseñado para la muerte), surge de manera incómoda el concepto tecnología, al cual inmediatamente los tecnólogos intentarán desplazar su responsabilidad aduciendo una inocencia instrumental.
Este trabajo analiza algunos conceptos donde se construyen vínculos entre sociedad, tecnología y poder, e intenta trazar un itinerario de los objetos de diseño, la concepción de la tecnología, y los estamentos de Poder que éstos encarnan, para proponer un abordaje y tratar de establecer los alcances de la responsabilidad política que tiene el diseño de los artefactos. Se toman para ello algunos casos de estudio, pero particularmente se pone énfasis en el auto eléctrico, donde se cristalizan con nitidez las tecnologías y sus relaciones con el poder.