La enfermedad como metáfora de desintegración social y nacional fue utilizada en elpaís hacia fines de los ‘80 y comienzos de los ‘90 para patologizar y criminalizar la clase, cuerpo, cultura, procedencia y sexualidad de determinados sujetos y colectividades. La estigmatización sostenida hacia la persona seropositiva y la persona migrante dentro de los discursos públicos durante la última década del siglo XX se sirvió de un cuerpo de ficciones punitivas y patógenas que hicieron de la frontera una cuestión de profilaxis nacional, la respuesta para ‘sanitizar’ escenarios de agudizada precarización económica, desigualdad y conflicto social, cuyo su uso puede rastrearse en los comienzos del programa higienista del siglo XIX en Argentina y en otras partes de Latinoamérica.