Hacia finales del siglo XIX, el blues surge como una música elaborada por las comunidades afroamericanas del sur de los Estados Unidos, recientemente emancipadas. Retomando tradiciones formales e interpretativas de las canciones de trabajo y de la música religiosa, el blues se establece rápidamente como una música con características particulares, que logra trascender los prejuicios raciales y los ámbitos sociales, alcanzando un estadio singular de identificación con la nación estadounidense. Este trabajo, elaborado en el marco de la cátedra de Historia de la Música II del Departamento de Música de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata, se centra en el estudio de la utilización de los instrumentos de cuerda en el género –especialmente, del banjo y la guitarra– analizando su importancia y sus usos particulares en la historia de esta música.