Las asignaturas que abordan el desarrollo de las habilidades de audición como parte de la formación del músico profesional a menudo incluyen prácticas de ejecución destinadas, por un lado, a favorecer la interacción entre la percepción y la acción orientadas al desarrollo del oído musical y por otro a adquirir del dominio del código de notación musical. Tradicionalmente estas prácticas se realizaban con repertorios de lecturas y ejercicios a través del solfeo, en donde el aprendizaje es repetitivo y memorístico. Si bien la mera réplica puede llegar a ser útil para el aprendizaje, los niveles de análisis y la reflexión cognitiva que esta práctica conlleva son mínimos. Desde una perspectiva de Reflexión en la Acción, la producción musical facilitaría la comprensión de componentes de la música que la Teoría Musical explica declarativamente. Al propiciar por medio de la reflexión enactiva la vinculación entre los conceptos y las prácticas de ejecución el desarrollo auditivo necesariamente incluye al cuerpo en la construcción de los significados. Este trabajo se propone contextualizar las prácticas de lectura como prácticas musicales y promover el vínculo entre la percepción y la acción Los resultados se discuten en base a la cognición corporeizada de los componentes de la música, su manifestación en la construcción de la forma en cada uno de los ejes vertebradores implicados y su puesta en acto en el momento de la performance. De esta manera, se espera contribuir a entender mejor el modo en que la práctica de la música como texto y contexto permite lograr niveles de conciencia creciente sobre la propia acción, y explicar el efecto beneficioso que dicha conciencia tiene para la práctica de significado en la música.