La dictadura militar chilena (1973-1989) llevó a acabo una revolución neoliberal de tal nivel que refundó a la sociedad en general. Una parte importante de ella fue arrasada en su rol opositor, borrando a las organizaciones políticas para poder lograr una hegemonía social que le permitiera asentar sus raíces.
Por ello los espacios artísticos y culturales dentro del arte –específicamente las peñas folklóricasayudaron a la articulación entre los individuos dispersos, sobre todo entre los jóvenes disidentes. Las peñas fueron evolucionando en su desarrollo, implicando a diferentes instancias culturales. Fue un lugar de agrupamiento para entorno al arte y como expresión de la politica. Ellas fueron un producto de la cultura y un elemento importante a la hora de promover la empatía, la solidaridad y la organización social. Las peñas permitieron la reactivación y reunificación del movimiento popular chileno. Se convirtieron en el cauce de un movimiento alternativo de difusión, de expresión, de política y de subjetividades, en paralelo a las disposiciones culturales del régimen de facto. La cultura se transformó en el mayor y en el más diverso de los espacios de desarrollo y expresión democrática que tuvieron los grupos opositores durante la dictadura militar, sobre todo para los jóvenes militantes.