Ya no es suficiente que el municipio cumpla su actual rol de Prestador y Mantenedero de los clásicos servicios sociales y de infraestructura, ni de controlador de las actividades de la población (tareas que por otra parte tendrá que prestar cada vez con más eficiencia). Deberá además coordinar, promover y orientar, las actividades públicas y privadas locales, para el mejor desarrollo y progreso colectivo. Ahora deberá en definitiva planificar una estrategia que permita que la coyuntura forme parte coherente del mejor camino hacia el futuro y contar con un plan de gestión que forme parte de un plan de desarrollo concensuado y sin actores excluyentes, y que defina prioridades en función de superponer necesidades con posibilidades.