En español
En una de las secciones News Feature de Nature del 2015 se introducía un conjunto de artículos de gran interés social con la idea transversal a todos ellos de la necesidad del esfuerzo interdisciplinario para afrontar los grandes problemas mundiales -energía, agua, clima, alimentos, salud- a los cuales podríamos agregar educación, entendida como actividad humana de formación que abarca el ciclo vital completo, que atraviesa todas las problemáticas humanas y constituye el sustento de la especie y cuya primera expresión es la crianza.
Uno de los espacios educacionales que en sí ya es interdisciplinario y que llama a la interdisciplinariedad es la neurociencia educacional (NE), un campo joven de estudio donde hacen intersección psicología, neurociencias y educación y que puede considerarse transdisciplinario (Tokuhama & Espinosa, 2011) o, con menores aspiraciones, interdisciplinario (Butterworth & Tolmie, 2014).
En esta comunicación proponemos abrir un debate en torno a las discusiones y tensiones en el diálogo entre neurociencias y educación y que incluyen necesariamente a la psicología.
En inglés
Interdisciplinary perspectives in science are recognized as one of the key ways to deal with human big problems, such as health and energy, to which we add education. One of the interdisciplinary areas of education is Educational neuroscience (EN), a rather young field of study in which psychology, education and neurosciences interact and which is aimed to connect the findings of neurosciences with the research on learning in educational settings. Here we develop a discussion around several topics which engage EN as controversial area of study, such as its status as basic or applied science, the interdisciplinary vs. transdisciplinary perspectives about EN, the role of behavioural studies with brain damaged patients in the definition of EN as a especial vs. general educational science and so on. We pose a point of view about EN as a educational basic science in which psychology, education and neurosciences intersect and whose developments, working in interdisciplinary collaboration with other educational and social sciences, can inform not only educators but also people who are in charge of taking decisions about educational policy and economy.