La experiencia de observar una serie de clases de Prácticas del Lenguaje, abrió un panorama más amplio en la forma en la que imaginaba una clase de secundaria. Ya no me encontraba formando parte del alumnado (como siempre había sido), pero tampoco como docente. Esta posición intermedia que me tocó asumir, me hizo más consciente sobre el arduo trabajo que asume el docente al momento de llevar a cabo una clase y guiar a un grupo de estudiantes.