La región geopolítica conformada por la cuenca del Atlántico Sur, con sus islas, mares epicontinentales y subcontinente litorales, constituye un área de particular interés en el proceso de la geopolítica mundial. La transición que se está experimentando frente a posible paso de la uni a la multipolaridad nos da la pauta de la revalorización que deberíamos realizar con respecto a regiones de interés, hasta ahora, periférico. A esta área se la ha considerado, históricamente, como una gran avenida de circulación y de acceso a continentes con grandes reservas de recursos naturales y humanos. No debemos olvidar la también ya tradicional avidez por sus riquezas ictícolas y, más recientemente, la búsqueda de reservas de hidrocarburos en sus costas. Este carácter estratégico justificaría la militarización que se le ha impuesto desde los centros hegemónicos. Sin embargo, este carácter periférico se encuentra en plena mutación en función de su importancia con relación a procesos de desarrollo de variada intensidad que se están produciendo en sus orillas. El esfuerzo realizado por las economías emergentes regionales para consolidar sus logros recientes y afianzar procesos de integración semicontinental convierte a la región en un área de experimentación de la cooperación sur-sur que ha sido expuesta como el gran mecanismo económico del futuro. El presente trabajo se impulsa desde un proyecto de investigación que intenta aplicar las perspectivas teóricas y metodológicas de la Geografía política a los fenómenos geopolíticos y geoestratégicos actuales, desde posicionamientos críticos y una mirada vinculada a las teorías de la hegemonía mundial, la economía-mundo y la macroescala global.