En los últimos años se ha desatado el cuestionamiento al Estado subsidiario chileno y sus políticas de focalización desde los actores sociales, especialmente desde los movimientos que se han conformado al calor de estallidos de protesta social. La educación, la salud, la vivienda, la relación con el medio ambiente y el modelo de previsión social se han visto cuestionadas, dando paso a una crítica más profunda sobre el quehacer del Estado y su forma de relacionarse con la sociedad civil que, desde que se implantó el modelo neoliberal en la dictadura cívicomilitar de Augusto Pinochet, ha sido desde el mercado, privatizando la provisión de servicios públicas y derechos sociales básicos, como los mencionados anteriormente, forzando a que el acceso a estos sea en función de la capacidad de pago de las familias. Tal como se señala, este tipo de relación Estado-sociedad se enmarca dentro de profundas transformaciones sociopolíticas en determinado contexto histórico, es por esto que se pretende combatir la naturalización que se ha logrado hacer del actual sistema, presentando desde una óptica sociohistórica el cambio que ha tenido la acción estatal en Chile, generando una profundización subsidiaria realizada por los gobiernos democráticos post dictadura, tomando como ejemplo de esto el caso de los hospitales concesionados.