En Argentina, dentro del Programa de Uso Racional y Eficiente de la Energía de 2007, se creó el Programa de Uso Racional y Eficiente de la Energía en Edificios Públicos, que propone a los organismos del Poder Ejecutivo Nacional acciones para disminuir el consumo energético. En consecuencia, la UNNE presentó en 2016 su Plan de Uso Responsable de la Energía. Este trabajo presenta la metodología, resultados y conclusiones obtenidos de la etapa 2 del Plan (“Auditorías Energéticas”), realizada en las Facultades del Campus Resistencia. El objetivo fue estudiar el desempeño energético de sus edificios y definir recomendaciones que reduzcan su consumo de energía.
La metodología adoptada se basa en lo propuesto por la Agencia Chilena de Eficiencia Energética para edificios de educación superior. Consta de tres fases: levantamiento de datos, contabilidad energética e identificación de medidas de mejora de la eficiencia. En la Fase I se elaboró un protocolo de auditoría, se presentó la propuesta ante las autoridades, se realizaron encuentros con el personal y relevamientos por locales. En la Fase II se hizo un análisis de las facturas de electricidad y un estudio mediante analizador de redes de la potencia eléctrica activa consumida en las facultades del Campus.
Algunos de los resultados arrojados por la Fase I fueron: del total de la energía consumida anualmente, el 55% corresponde a equipos de climatización. Asimismo, se observó que el 43% de la energía consumida se destina al funcionamiento de las aulas, siendo este el tipo de recinto de mayor incidencia en el total. La Fase II reveló un gasto mensual de energía eléctrica que promedia los 29.000kWh/mes en cada Facultad. Además, se observó que existen picos de consumo diario de potencia activa que pueden alcanzar hasta los 80kW, y que incluso en días de nula actividad sigue existiendo un gasto base de alrededor de 10kW.
Las autoridades y el personal se mostraron interesados en los beneficios que este estudio podría acarrear para sus Facultades. Por tal razón, en la Fase III se propusieron indicadores que permitan medir el consumo energético en función de parámetros conocidos, como así también recomendaciones de orden técnico, procedimental y normativo que involucren a toda la comunidad académica, que incentiven el ahorro energético y que tiendan hacia una disminución del gasto monetario de cada unidad académica.