En general buscamos “las recetas mágicas” para que los alumnos aprendan y nos olvidamos que somos nosotros mismos los que debemos buscar cómo actuar, por medio de la reflexión de nuestra práctica, el conocimiento que tengamos de nuestros alumnos y las distintas estrategias a implementar.
Otro aspecto a considerar es que nos desgastamos en quejas, éstas no nos benefician, ni resuelven las situaciones problemáticas, hay que buscar soluciones creativas y sobre todo tener aprecio por los alumnos, nos debe motivar mejorar continuamente nuestra tarea docente. No ser educadores conformistas, sino educadores que se aventuran al cambio y a las cosas nuevas, el problema no son las herramientas que nos faltan, es la falta de interés y de ganas por cambiar la educación.
Nuestra intención es ayudar a la reflexión sobre el actuar docente en el aula y sus consecuencias, sobre la necesidad de favorecer al pensamiento libre y a la creatividad en la escuela. Estamos en la búsqueda de la calidad educativa y pretendemos poder lograr los resultados que se proclaman con el funcionamiento de la “escuela inteligente”.
El tiempo que nos ha tocado vivir nos hace reflexionar, surgen un sinfín de interrogantes y situaciones nuevas que debemos tener en cuenta en el momento de pensar las estrategias a seguir en la formación de los alumnos para facilitarles su inserción eficiente en la sociedad.