El presente trabajo se propone realzar el valor que tienen tanto el Derecho como la Economía en el consumo racional de los activos ambientales y sus consecuentes pasivos. La primera de estas ciencias, siempre que exista la voluntad de sus agentes, nos permite formular marcos regulatorios que impactarán indefectiblemente en el comportamiento de aquellos productores de bienes y servicios que no tomen en cuenta las externalidades ambientales generadas por su actividad productiva. La influencia de dichas normas sólo se explica por los efectos económicos que trae aparejada su implementación. Las leyes positivas son las normativas que se respaldan mediante sanciones o imposiciones. Si estas, son económicas, pueden influir en los costos, que a su vez impactan directamente sobre la ley natural de oferta y demanda. A partir de aquí, con normativa tanto sancionatoria, como promotora de una acción mitigante del deterioro del planeta, abre la posibilidad de la contabilización de dichos hechos económicos.