Los profundos y vertiginosos cambios que se han producido en el siglo XX, tanto en el campo social, económico, como científico han generado una crisis en la sociedad en general y en la medicina en particular. Esta situación nos pone frente a la necesidad de redefinir roles, basados en conceptos éticos intransigentes, que nacen desde los orígenes de la medicina, fundamentados en la función de servicio para prevenir y resolver problemas en función de las necesidades de los seres humanos que demandan nuestra ayuda. No confundir la necesidad de cambios que presionan los intereses de la filosofía de mercado dominante en el mundo.