En 1987 el cineasta argentino Carlos Sorín presentó La Era del Ñandú, un mediometraje que evidencia sarcásticamente la manipulación ejercida por los medios de comunicación sobre el público y expone los recorridos falsos que suelen tener los informes de los noticieros o las reseñas periodísticas. Aunque minúsculo y de circulación poco relevante, el film logró insertarse como crítica en un período ochentoso, con medios de comunicación incipientes y una tímida, pero potente llegada de la televisión por cable. En un contexto de crisis alfonsinista y de consolidación mundial del neoliberalismo triunfante a inicios de la década del 90, este falso documental -guionado por un muy joven Alan Pauls- subraya la constancia de las falsas noticias, relacionadas con la exageración y la proliferación de emociones, sensaciones y confusiones a partir de una mediatización masiva.