Quienes investigan las relaciones entre sociedades humanas y plantas en el pasado son usualmente llamados arqueobotánicos.
Muchos de ellos encuentran en los estudios morfológicos de semillas, frutos u otras estructuras vegetales, la base de las interpretaciones sobre cambios a lo largo del tiempo de esa relación, incluyendo procesos evolutivos como la domesticación. La biología molecular ofrece una oportunidad de reflexión interesante a diferentes enfoques de análisis. ¿Debemos declinar los estudios morfológicos por los genéticos? ¿La morfología engaña y los genes no? Un breve repaso por los morbos morfológicos de la mano de una arqueóloga que por más que quiera, no excava genes.