El presente trabajo discurre en torno a la temprana conformación en la Argentina de un “campo de la literatura infantil” en los años cuarenta. El análisis de las fuentes primarias, como las novedades de la sección "Érase una vez..." en la Gaceta del Libro, permite comprobar que la publicación de libros para niños/as registró un adelanto significativo durante la “época de oro de la industria editorial”, incremento sostenido por el aumento de la exportación y por la consolidación del mercado nacional. En cuanto a la producción, circulación y consumo de libros infantiles ilustrados se evidencian tres aspectos interrelacionados: la incidencia del desarrollo tecnológico e incorporación de modernas maquinarias a los procesos de fabricación; el crecimiento de la demanda de libros ilustrados destinada a este segmento del mercado editorial y la prevalencia de la adopción de patrones extranjeros junto con la progresiva “argentinización” de la creación artístico-literaria. El abordaje crítico del discurso subyacente a las reseñas bibliográficas implica tener presente cómo las editoriales configuraron una concepción moralista y ejemplarizante de este tipo de literatura a partir de una representación idealizada de la infancia.