La tesis tiene como objetivo sistematizar y analizar las diversas manifestaciones que, de acuerdo al relato de alumnos y educadores, suelen considerarse “violentas”. Esta tarea fue llevada a cabo en tres escuelas públicas secundarias de la ciudad de La Plata, a través de una investigación de tipo cualitativa sustentada en la revisión de fuentes documentales y en la realización de entrevistas a informantes considerados claves. La hipótesis que orienta esta tesis presupone que los actos que tanto educadores como alumnos suelen identificar como “violentos” se producen, fundamentalmente, a causa de dos fenómenos: una reconfiguración de la autoridad y un debilitamiento del lenguaje; procesos que, si bien exceden lo estrictamente escolar, dificultan considerablemente la constitución de lazos sociales en su interior. El efecto resultante de estos movimientos es la autorregulación que se espera de y en definitiva se impone a los propios jóvenes, lo que deriva en la conformación de grupos –en cierto modo clánicos o tiránicos–, en los que la violencia, entendida como una manifestación “más física” que revela la escasez de recursos simbólicos, se impone como un medio de relación naturalizado, habitual, no identificable como falta o trasgresión.