En junio de 2005, Steve Jobs brindó un discurso de graduación a los estudiantes de la Universidad de Stanford, donde habló de la confianza en uno mismo, de ser fiel al mandato de nuestro instinto y de lo que cada suceso representa en nuestras vidas, considerándolos como un punto, un momento, una experiencia única e irrepetible, con consecuencias en nuestro futuro. Según sus palabras, “no se pueden conectar los puntos mirando hacia el futuro, solamente se pueden conectar mirando hacia el pasado. Por lo tanto, hay que confiar en que los puntos de alguna manera se conectarán en el futuro” (Jobs, 2005). No encontré mejor forma que comenzar este capítulo con esta inspiradora idea.