Cada vez con más frecuencia, la sociedad requiere de profesionales con un alto nivel de formación y especialización para que contribuyan a la eficiencia de los procesos a partir de la aplicación de sus conocimientos y de los aporte de su saber a la creatividad e innovación. Esto agrega valor tanto a las organizaciones que se nutren de su saber hacer, como a los profesionales, que atentos a esta realidad, han iniciado un proceso de credencialismo que los posiciona de manera diferencial en el mercado laboral. El artículo reflexiona también sobre las oportunidades y desafíos que esta dinámica plantea a los Comunicadores Sociales.