Este artículo analiza la relación entre el impulso a la cultura física y las estrategias de apropiación simbólica del espacio implementadas durante el primer peronismo. La agenda pública social orientada a la ampliación de derechos que incluía nuevos actores sociales se expresó con énfasis en el desarrollo de la cultura física y el deporte en los ámbitos no escolares. Para analizar el valor simbólico del premio otorgado a los ganadores del campeonato, se tomó como punto de partida una de las acciones implementadas por la Fundación Eva Perón, un viaje a Helsinki destinado a los ganadores de los campeonatos Evita de 1951 para asistir a los Juegos Olímpicos de 1952. Los datos obtenidos de las reseñas publicadas en la revista Mundo Infantil y de entrevistas a uno de los integrantes de la delegación, expresaron el valor simbólico del viaje que puede interpretarse como un modelo representativo del acceso de nuevos actores políticos a derechos como la cultura física y el deporte. En ese sentido, el destino del viaje fue una elección estratégica orientada a la apropiación simbólica del espacio y una expresión de las oportunidades de acceso al modelo aspiracional que promovía el peronismo.