El deporte entre los años 1946 y 1955, aquellos en los cuales Juan Domingo Perón ocupó la primera magistratura en la República Argentina, fue destinatario de numerosos impulsos oficiales para fomentarlo. Una visión escasamente difundida y profundizada por los investigadores que han posado la lupa en el mencionado objeto de análisis tiene que ver con las ramificaciones internacionales de las actividades deportivas. En efecto, auscultando por publicaciones fomentadas por el gobierno argentino que llegaban a diversas partes del mundo, aunque focalizando en América Latina, podemos apreciar los múltiples sentidos ligados a la difusión de los éxitos de los deportistas argentinos. Los mismos exaltan determinados atributos en los representantes nacionales tales como el orgullo, la virilidad, la destreza, el talento o el sacrificio que pueden ser interpretados como característicos de todos los ciudadanos argentinos. Esta descripción suele confrontarse con lo sucedido respecto a los deportistas estadounidenses quienes de modo recurrente son calificados como lo opuesto. Por tanto, hallamos en esta construcción una potente estrategia de posicionamiento regional que buscaremos explorar en la presente investigación.