La infancia y la adolescencia pueden ser entendidas como momentos significativos de la vida durante los cuales ocurren grandes transformaciones en la subjetividad. El proceso de desarrollo tiene lugar en el medio social próximo que auxilia al niño en sus múltiples necesidades. El proceso de desarrollo desde la infancia logra ir abriendo posibilidades de construcción subjetiva que sienta bases para la vida en sociedad a través de un proceso de socialización. Con el transcurso de los años el sujeto comienza a abandonar su infancia a partir de las transformaciones corporales de la pubertad; se inicia así un trabajo psíquico adolescente para elaborar dichos cambios y duelar la condición infantil perdida, no solamente circunscribiéndose en el cuerpo cambiante sino en las nuevas oportunidades que se le abren en la sociedad, nuevos vínculos, nuevos modelos de identificación. La sociedad brinda a su vez sus propias representaciones sobre qué debe entenderse por sujeto, cuerpo, género, familia, parentalidad, niñez, adolescencia, entre otras cuestiones ligadas a la subjetividad construida socialmente. La influencia de los medios de información y comunicación es relevante en la sociedad actual en tanto portadores de diferentes discursos cuyos contenidos ofertan posibilidades de construcción identificatoria a sus destinatarios.